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Metodología y Fundamentos

Esta tecnología de autorregulación de campos electromagnéticos fue un accidente científico que se descubrió hace más de 30 años cuando los astronautas se enfermaban al permanecer durante demasiado tiempo en el espacio. Después de varias investigaciones, se dieron cuenta, que la causa se debía al desbalance energético que se les producía al salir de las condiciones normales de la Tierra.

El organismo está basado en electromagnetismo y la energía es la base de la vida. La manera en que se ha abordado la medicina convencional, se ha limitado al modelo químico y una parte importante de los profesionales de la medicina no están suficientemente familiarizados con conceptos de la física. Sin la física, la química no funciona y viceversa. Un conocimiento más profundo del comportamiento del cuerpo de acuerdo a las leyes físicas nos puede otorgar una mejor comprensión del cuerpo humano en su totalidad.

El corazón tiene un comportamiento eléctrico y asimismo el cerebro. Cuando hablamos de electricidad, automáticamente tenemos que hablar de magnetismo, toda vez que uno no puede existir sin el otro. Estando en conocimiento de estos hechos y sabiendo que el organismo es mayoritariamente eléctrico (basado en energía).




Lo que hemos aprendido de los físicos e ingenieros es a analizar el cuerpo humano desde una perspectiva más amplia, por tanto tiene que existir uno o más niveles superiores de control en el organismo que explican la tremenda precisión con que se coordinan procesos altamente complejos. Los resultados de las últimas investigaciones sugieren que este nivel de control superior se rige por las leyes de la mecánica cuántica y que es de una naturaleza electromagnética coherente. La tecnología de diagnóstico que utilizamos en Biomedics se basa en estas leyes y se concentra en los factores físicos de la salud/enfermedad relacionados con materia, energía, impulsos eléctricos, ritmos e información en el organismo.

Espectros de frecuencia y patrones de frecuencia de una determinada sustancia como una toxina, microrganismo, u otro pueden ser retenidos en nuestro cuerpo por largos períodos incluso si la fuente de dicho campo electromagnético ya hace tiempo ha abandonado el sistema. Estos patrones invasivos pueden provocar influencias desfavorables en el campo vital e interferir en los procesos fisiológicos y en la estructura del organismo.

Cada estructura del organismo, cada órgano y cada célula de un sistema biológico emite energía electromagnética en forma de impulsos que poseen un patrón característico de frecuencia e intensidad específicas. Esta emisión junto con toda la información asociada afecta, o más bien, incide permanentemente en la totalidad del organismo.

Un organismo saludable manifiesta ciertos patrones típicos de campos electromagnéticos, impulsos y ritmos que cubren un amplio rango (desde < 1 Hz hasta> 1015 Hz) conteniendo una gran cantidad de información vital para el organismo.

Todo organismo enfermo presenta desviaciones más o menos significativas de su campo electromagnético, impulsos estructurales, ritmos e información asociada en relación al patrón típico de un organismo sano. Estas desviaciones se manifiestan como impulsos y ritmos con patrones muy rígidos o bien caóticos que en términos de campos electromagnéticos se manifiestan en alteraciones a nivel de frecuencia, amplitud o fase. Esto es precisamente lo que nuestras máquinas de Diagnóstico Funcional Energético y Terapia de Microestimulación Celular con Ondas Electromagnéticas, realizan.

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